DIARIO DE IBIZA · SÁBADO 25 DE MARZO DE 2000


La falla fue instalada ayer por la tarde en la calle de Sant Ratel, cerca del edificio de Correos


SANT ANTONI.- Los valencianos de la isla celebrarán una gran fiesta en la que no faltarán ingredientes tradicionales de las fallas como la pólvora y el fuego.

La falla arderá mañana en un ambiente de verbena

La fiesta valenciana incluirá un pasacalles, una ofrenda floral, la "mascletá" una paella y la "cremá" de la figura hecha por Julio Bauzá y Pedro Hormigo

Eivissa. X. LL.

La asociación cultural valenciana organizadora de la fiesta de las Fallas en Sant Antoni ha confeccionado un variado programa de actos para animar mañana a los vecinos a acercarse hasta la calle de Sant Rafel, a escasa distancia del edificio de Correos, donde fue instalada ayer por la tarde la figura que han construido los escultores Julio Bauzá y Pedro Hormigo.

La gran fiesta de mañana dará comienzo, a las 10 horas, con un pasacalles. A la una del mediodía tendrá lugar la ofrenda floral de este colectivo en la iglesia parroquial de Sant Antoni. A continuación, a las 14 horas, se disparará la siempre espectacular mascletá, que anunciará la paella popular que se servirá tras el aparato pirotécnico.

La cremá constituirá el punto culminante de esta jornada festiva. La falla arderá a partir de las once de la noche, en un ambiente de diversión, según aseguran sus organizadores. Vicente Marqués, presidente de la asociación valenciana de Sant Antoni, explicó que los diversos actos estarán amenizados por una banda de música de Valencia. Por la noche, también habrá verbena al lado de la obra de Bauzá y Hormigo.

La falla de Sant Antoni representa la carabela del Huevo de Colón, uno de los símbolos del pueblo y objetivo de miles de cámaras fotográficas durante todo el año. La pieza puede visitarse desde ayer por la tarde hasta el instante mismo en que se encienda el fuego.

El colectivo organizador de esta fiesta expresó su confianza en que la asistencia será masiva, no sólo por parte de la comunidad valenciana de las Pitiüses, sino también de los otros residentes en la isla. La organización tuvo que superar algunas dificultades a la hora de encontrar un emplazamiento definitivo pára la falla.

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